Por la orilla de un río,
una tarde paseaba
y el viento trajo hasta mí,
los sones de una tonada.
Me acerqué muy despacito
para ver al que cantaba.
Bajo la sombra de un sauce
tú la guitarra tocabas.
Yo aplaudí y me miraste
y de ti quedé ¡prendada!
una tarde paseaba
y el viento trajo hasta mí,
los sones de una tonada.
Me acerqué muy despacito
para ver al que cantaba.
Bajo la sombra de un sauce
tú la guitarra tocabas.
Yo aplaudí y me miraste
y de ti quedé ¡prendada!
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