domingo, 8 de agosto de 2010

MIS NIETOS


El sol y la luna tengo
en mis dos nietos queridos.
Son el aire que respiro,
son agua que me da vida.
Su risa, en mis oídos
es música celestialll
es renacer y volver
a la senda sin espinas.
¡En mi camino
no hay sombras
cuando sus ojos me miran!

Silvita con sus tres años
bailando me da alegría.
Modelando sus vestidos
con fina coquetería,
se gana muchos aplausos
de abuelas, primas y tías.

Marito, ¡quiere ser mago!
sueña con ser el mejor.
A sus once años ya hace
trucos que son un primor.
Aunque mi sueño de abuela
es qe sea un ¡buen doctor!
Pero... emocionada lo miro
y quiero de corazón
que su vida sea linda
¡plena de paz y de amor!

domingo, 31 de mayo de 2009

VIVENCIAS - 1990



Yo llegué un tiempo atrás
calladita y con vergüenza
al Club de cueca San Fernando
que recién se estaba iniciando.
¡La cueca!...Yo desde niña
en mi pecho la sentía
pero como era cobarde,
bailarla no me atrevía…
Y ese día no bailé
simplemente ¡no sabía!
Me sentí, poco chilena,
¡cobarde!, me repetía.
Pero haciéndome la valiente
yo dije que volvería.
Y de eso no me arrepiento
porque han pasado los meses
y estamos todos contentos.
Nos queremos, respetamos,
cada uno espera el Miércoles
que es el día en que nos juntamos
y si uno llega a faltar,
toditos nos preocupamos.
Somos no cabe duda
¡una muy linda familia!.
Y lo más lindo es que ahora
cuando yo siento los sones
de la danza nacional
siento que brinca mi pecho
y ya no siento temor
de salir con alegría
a bailar un pie de cueca
¡con todo mi corazón!

FLORES Y ESTRELLAS



Atardece… y hasta mí llega
el perfume de mil flores
que un vientecillo travieso
transporta hacia los rincones.
Anochece… y las estrellas
desde lo alto me miran
haciendo cómplices guiños
que de nostalgia me llenan…
¡Qué lindos son los recuerdos
de muchos tiempos ya idos,
que estremecen el corazón
de secretos… escondidos!

RECUERDO



Por la orilla de un río,
una tarde paseaba
y el viento trajo hasta mí,
los sones de una tonada.
Me acerqué muy despacito
para ver al que cantaba.
Bajo la sombra de un sauce
tú la guitarra tocabas.
Yo aplaudí y me miraste
y de ti quedé ¡prendada!