domingo, 31 de mayo de 2009

VIVENCIAS - 1990



Yo llegué un tiempo atrás
calladita y con vergüenza
al Club de cueca San Fernando
que recién se estaba iniciando.
¡La cueca!...Yo desde niña
en mi pecho la sentía
pero como era cobarde,
bailarla no me atrevía…
Y ese día no bailé
simplemente ¡no sabía!
Me sentí, poco chilena,
¡cobarde!, me repetía.
Pero haciéndome la valiente
yo dije que volvería.
Y de eso no me arrepiento
porque han pasado los meses
y estamos todos contentos.
Nos queremos, respetamos,
cada uno espera el Miércoles
que es el día en que nos juntamos
y si uno llega a faltar,
toditos nos preocupamos.
Somos no cabe duda
¡una muy linda familia!.
Y lo más lindo es que ahora
cuando yo siento los sones
de la danza nacional
siento que brinca mi pecho
y ya no siento temor
de salir con alegría
a bailar un pie de cueca
¡con todo mi corazón!

FLORES Y ESTRELLAS



Atardece… y hasta mí llega
el perfume de mil flores
que un vientecillo travieso
transporta hacia los rincones.
Anochece… y las estrellas
desde lo alto me miran
haciendo cómplices guiños
que de nostalgia me llenan…
¡Qué lindos son los recuerdos
de muchos tiempos ya idos,
que estremecen el corazón
de secretos… escondidos!

RECUERDO



Por la orilla de un río,
una tarde paseaba
y el viento trajo hasta mí,
los sones de una tonada.
Me acerqué muy despacito
para ver al que cantaba.
Bajo la sombra de un sauce
tú la guitarra tocabas.
Yo aplaudí y me miraste
y de ti quedé ¡prendada!

MI NIETO



(Para Mario Andrés)

Pedazo de cielo,
rayito de sol;
te digo mi niño
¡eres un primor!
Cuando tú llegaste,
fuiste el crisol
que fundió mis penas
y las hizo amor.
Todo fue tan bello,
¡como un girasol!
fue vida que fluye
¡sin ningún temor!
Mi nieto querido;
mi rayo de sol,
mi vida es feliz,
gracias a ¡tu amor!

MADRE



Madre… deja ya de padecer.
El cielo me está esperando
y yo no puedo subir,
tu pena a mi me detiene
y a tus brazos quiero ir…
Mi partida Dios la quiso,
nada la pudo impedir.
La vida sigue su curso.
Madre, ¡tienes que vivir!
Ríe, mamita querida,
del cielo te cuidaré y
en rayos de sol y luna
tu rostro yo besaré.

CARTA A MI PADRE



(Fragmento)

Padre:
Está a punto de llover y los recuerdos vienen a mí, con fuerza avasalladora. Las lágrimas han brotado incontenibles porque te estoy recordando a ti, padre.
Te fuiste una tarde al terminar el Otoño y el cielo lloró las lágrimas que yo no lloré. Tenía diez años. Si lloro me decía, se romperá el lazo que nos une y todo será olvido. Así han pasado, más de cincuenta años y mis ojos brillan, dice Lidia, mi hija menor, cuando les cuento de ti. Ese brillo de mis ojos es ¡tu recuerdo hecho luz!, que me acompaña siempre.

Les cuento a mis hijos, cuando en días de lluvia, ibas a encontrarnos, a mis hermanos y a mí, que veníamos de la lejana escuelita pública. Nos traías bajo tu manta de castilla y como el barro del camino ensuciaba nuestros pies, nos íbamos a casa por la línea férrea, ¡contando los durmientes! Y éramos felices. ¿Te recuerdas como te gustaba leernos los cuentos de hadas que salían en El Peneca? Y ¿cómo reías cuando corríamos tras los pequeños cerditos, que olvidando tu cruel enfermedad criabas, para ayudar en los gastos de la casa?

Padre, hay tantos recuerdos bonitos que llevo conmigo, pero también llevé por años la angustia grande que sentimos con mi madre cuando te agravaste. ¡Faltaba tan poco para terminar el tratamiento que los doctores decían salvaría tu vida!. Pero ¿sabes?, escribiendo estas líneas, he sentido paz en mi corazón. Tengo la seguridad, que tu cariño y el mío siempre serán uno sólo a través del tiempo y del espacio.

¡Ah! Tengo que contarte algo que sucedió hace poco rato. Mi único nieto, que pronto cumplirá siete años, me ha dicho que quiere tener una fotografía tuya. ¿Qué te parece?. El será guardián de tu recuerdo en la Tierra, aún después de mi muerte.

DON LUIS



En un cruce ferroviario,
vivía un hombre bueno,
por desgracia estaba enfermo
y la vida se le iba.
Era amigo de todos.
Para todos era:”Don Luis”,
el hombre que les leía
y sus cartas escribía.
Una mañana de junio
cubierta de negras nubes
“El Alazán”, su caballo,
en el cercano corral,
dió muestras de nerviosismo
y de un miedo visceral.
Escuché a una vecina
que compungida decía
-el caballo está anunciando
que la muerte anda rondando-
tendremos que prepararnos
Don Luis, hoy día se va.
El zorzal que en las mañanas
en su ventana cantaba,
ese día no cantó
y a Don Luis sólo miraba;
El sonriendo le decía:
¿por qué no cantas amigo?
¡es temprano todavía!.
El sabía que en la tarde
el Buen Dios lo llevaría.
La esposa acercó sus hijos
a los que tanto quería,
él les dió su bendición
y asumió que se moría.
¡Eran las dos de la tarde
cuando empezó su agonía!.
Los amigos desfilaron
dándole la despedida…
y unos minutos después
“Don Luis” para siempre partía.

Yo tenía sólo diez años…
y recuerdo esos detalles
porque el que se fue esa tarde,
ese “Don Luis”…¡era mi padre!

sábado, 30 de mayo de 2009

AMOR ¿DONDE TE ESCONDES?



Por sinuosos caminos
te he buscado.
En la inmensidad del cielo,
buscándote en las nubes
mis ojos se perdieron.
En los atardeceres…
te busco entre las flores
y en la brisa que llega
de lejanos rincones.
En mis noches de insomnio
me sumerjo en las sombras,
gritándote angustiada
Amor… ¿dónde te escondes?
Y en loco desvarío
porque tú no respondes,
te busco entre las piedras
del lejano monte,
en el canto de aves
que anuncia el día,
en el rayo de sol
que ilumina otras vidas,
pero que a mi alma deja
en tinieblas sumida.
Una vez creí sentirte
en el murmullo del agua,
que mojaba mis pies
a orillas de un río.
Pero sólo fue el ansia de tenerte
que engañó mis sentidos,
-y me he quedado sola-
y tú sigues perdido,
en un secreto mundo
para mí… prohibido..